Decenas de fortalezas fueron construidas en defensa de sus dominios en la Isla por los Jueces, los pisanos, los genoveses, los aragoneses, los Malaspina y los Doria, de las cuales el Castillo de Burgos es el más rico en recuerdos históricos y relatos legendarios. Toma su nombre del bonito pueblo que se levanta a sus pies, pero también es conocido como el Castillo Goceano, un territorio histórico que la fortaleza domina desde una altura de 650 metros. Enrocado en un acantilado en las laderas del monte Rasu, completamente aislado y visible desde lejos, prácticamente inexpugnable, antaño controlaba el territorio. Hoy emana un encanto ligado a la Edad Media sarda, a la vida cortesana y las batallas, los asesinos y las traiciones, los nobles y los soberanos, las mujeres encantadoras y los bandidos sin escrúpulos.